The next day, in the morning we were visiting Bucharest. I was impressed with their buildings. We ate hamburgers from McDonald's on the train, because we wanted to take advantage of it to see as many things as possible. The journey was also a bit long ...
In Bacau the families that welcomed us in their homes and some teachers to take us to Piatra Neampt were waiting for us. That night we gave them the gifts that our families made to theirs.
The next day we went to school and met the other students who were part of the Erasmus+ project (Italians, Portuguese and Romanians) and welcomed us with a show with songs and dances. In the mornings we were at school, where we played typical games of each place and the activities that each center had prepared, then we went to eat and, later, to visit some places in the town.
On Wednesday we made an excursion through the mountain, we went to a zoo, where we saw bears and bison, and we saw an Orthodox church, the other evenings we spent with the family, with which we also made some outing to the mountain.
On Thursday we had a farewell party, a double feeling invaded us, on the one hand the desire to return home with the family, on the other the sadness of knowing that it will take you to see so many children that we had known in those days.
The day of the return arrived, but we would still take time to see our families. In the afternoon our flight from Bacau to Madrid, we were received there between laughter and tears for emotion.
We slept on the last day the three companions who undertook the trip together and to which Romania has united us.
VIAJE A RUMANIA
La distancia que nos separaba era grande, igual que las ganas de
viajar. Partimos de Badajoz, junto con las maestras que nos han
acompañado en este intercambio y nuestros padres, que gustosos nos
llevaron al aeropuerto de Lisboa. El avión salió a las 19:00 y llegamos a
Bucarest a las 02:00. Aunque el viaje fue largo, también fue
entretenido. Los chicos dormimos con Mónica y Jimena con Montse.
Al día siguiente, por la mañana estuvimos visitando Bucarest. Me impresionaron sus edificios. Comimos en el tren unas hamburguesas del McDonald's, pues queríamos aprovechar para ver el mayor número de cosas posible. El trayecto fue también un poco largo.
En Bacau nos esperaban las familias que nos acogieron en sus hogares y algunas maestras para llevarnos a Piatra Neampt. Esa noche les entregamos los regalos que nuestras familias les hicieron a las suyas.
El día siguiente fuimos al colegio y conocimos a los demás alumnos que formaban parte del proyecto Erasmus+ (italianos, portugueses y rumanos) y nos recibieron con un espectáculo con canciones y bailes. Por las mañanas estábamos en el colegio, donde realizábamos juegos típicos de cada lugar y las actividades que cada centro llevaba preparada, después nos íbamos a comer y, más tarde, a visitar algunos lugares de la localidad.
El miércoles realizamos una excursión por la montaña, fuimos a un zoológico, donde vimos osos y bisontes, y vimos una iglesia ortodoxa, las otras tardes las pasamos con la familia, con la que también realizamos alguna salida a la montaña.
El jueves nos hicieron una fiesta de despedida, un doble sentimiento nos invadía, por un lado las ganas de volver a casa con la familia, por otro la tristeza de saber que tardarás en ver a tantos niños y niñas que en esos días habíamos conocido.
Llegó el día de la vuelta, pero aún tardaríamos en ver a nuestras familias. Por la tarde salía nuestro vuelo desde Bacau a Madrid, allí nos recibieron entre risas y lágrimas por la emoción.
Dormimos el último día los tres compañeros que emprendimos el viaje juntos y a los que Rumanía nos ha unido.
Al día siguiente, por la mañana estuvimos visitando Bucarest. Me impresionaron sus edificios. Comimos en el tren unas hamburguesas del McDonald's, pues queríamos aprovechar para ver el mayor número de cosas posible. El trayecto fue también un poco largo.
En Bacau nos esperaban las familias que nos acogieron en sus hogares y algunas maestras para llevarnos a Piatra Neampt. Esa noche les entregamos los regalos que nuestras familias les hicieron a las suyas.
El día siguiente fuimos al colegio y conocimos a los demás alumnos que formaban parte del proyecto Erasmus+ (italianos, portugueses y rumanos) y nos recibieron con un espectáculo con canciones y bailes. Por las mañanas estábamos en el colegio, donde realizábamos juegos típicos de cada lugar y las actividades que cada centro llevaba preparada, después nos íbamos a comer y, más tarde, a visitar algunos lugares de la localidad.
El miércoles realizamos una excursión por la montaña, fuimos a un zoológico, donde vimos osos y bisontes, y vimos una iglesia ortodoxa, las otras tardes las pasamos con la familia, con la que también realizamos alguna salida a la montaña.
El jueves nos hicieron una fiesta de despedida, un doble sentimiento nos invadía, por un lado las ganas de volver a casa con la familia, por otro la tristeza de saber que tardarás en ver a tantos niños y niñas que en esos días habíamos conocido.
Llegó el día de la vuelta, pero aún tardaríamos en ver a nuestras familias. Por la tarde salía nuestro vuelo desde Bacau a Madrid, allí nos recibieron entre risas y lágrimas por la emoción.
Dormimos el último día los tres compañeros que emprendimos el viaje juntos y a los que Rumanía nos ha unido.
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